Hay algo en Zacatlán que cautiva a todos los turistas. Esta vez no nos referimos a sus cascadas, sus paisajes naturales o neblina que cada mañana envuelve a este pueblo mágico. Ahora toca el turno de hablar del pan de Zacatlán, una deliciosa tradición a la que nadie puede resistirse.
El pan de Zacatlán es una joyita culinaria rellena de queso o requesón. Está presente en todas las panaderías del pueblo, en diferentes formas. Los tipos más comunes son la almohada, el muerto, las burras, las conchas, la moreliana, el gusano o las picadas. Incluso, hay algunas panaderías que crean sus propios panes, algunos de mayor tamaño, rectangulares y con una decoración muy creativa.
Llama mucho la atención que los panaderos sean capaces de realizar todos estos tipos de pan en hornos de piedra rústicos y antiguos. El pan de Zacatlán está relleno de requesón, un producto lácteo que se obtiene a partir del suero de leche. Es suave, un poco salado, y contrasta a la perfección con lo dulce de los panes. A veces los panes también van rellenos de azúcar rosada.
Pan de Zacatlán, una deliciosa y famosa tradición
El pan de Zacatlán es tan famoso que cada año se celebra una feria en su honor. Se lleva a cabo a finales de octubre y principios de noviembre en el zócalo de Zacatlán. Ahí se instalan decenas de artistas de la gastronomía para deleitar con sus creaciones a los paladares más exigentes. Incluso se llevan a cabo interesantes concursos como el del pan resobado o las carreras de panaderos en bicicleta.
Cuando estés de visita en Zacatlán tienes que visitar La Fama, Pimentel, Vázquez o La Nacional. Estas son las panaderías de más tradición en el pueblo. La Fama, por ejemplo, lleva más de 100 años elaborando el delicioso pan de Zacatlán. Aquí te atenderán muy bien y si vas con suerte, podrás ver los hornos donde se elabora el pan, que por cierto son los más grandes de la región.
Ahora ya lo sabes, Zacatlán no es solo manzanas y sidra. En este pueblo mágico el pan es mucho más que un simple postre. Es una tradición deliciosa, con contrastes de formas y sabores que pocos pueden resistir. En tu próxima visita a Zacatlán no te olvides de comprar manzanas, sidra y mucho, pero mucho pan.