En el norte de Puebla, dentro del municipio de Zapotitlán de Méndez, se esconde un pequeño universo compuesto a partir de los dos elementos primordiales de la vida silvestre: piedra y agua. Sus formas de tintes surrealistas, recuerdan al sueño más grande de los grandes artistas de esta corriente, convirtiéndose en un paraíso colorido, extraño y emocionalmente profundo. Son las Grutas Karmidas, uno de los tesoros subterráneos más hermosos de Puebla y todo México.
Entre rocas y fantasías
Se dice que en 1919, un lugareño llamado Miguel Manzano Lobato, buscaba agua. Con la ayuda de dinamita, el poblano voló una gran parte de suelo, descubriendo al instante una enorme caverna que resultó ser la bóveda principal de las grutas. Fue hasta 1923 cuando recibió su actual nombre gracias a su mismo descubridor, quien tomó el mote de un personaje de la novela El Último Ateniense del sueco Víctor Rydberg.
Explorar este terreno virgen y surreal no es tarea fácil. A la entrada, los aventureros comienzan con lampara en mano, agachados, mientras el agua helada llega hasta las rodillas. Paso a paso, el sendero se amplia hasta el grado de permitir una caminata normal.
Miles de años de filtraciones de agua dieron vida a este paisaje volcánico que hoy en día se compone de cuatro salones y un hermoso ojo de agua: el Salón Blanco, Salón de los Recuerdos, Salón del Silencio, Salón de los Diamantes y la Laguna Encantada. Este último, es el punto final de todo recorrido y la imagen más difundida de todo el sitio gracias a su caleidoscopio de colores y formas.
El salón más grande, el de los Recuerdos, tiene una altura aproximada de 30 metros en donde se pueden observar diversas estalagmitas como la Columna de la Independencia, la Mujer Acostada, el Cerebro, el Velo de Novia, el Helado Volteado y la Coliflor. Cada una de estas formaciones, dotan de perpetuo movimiento y vida a este sitio que nunca permanece estático.
Noche de estrellas
Cuando la temporada seca llega a Zapotitlán de Méndez, este recinto natural se vuelve el principal atractivo de toda la región. Esto gracias a un fenómeno llamado Lluvia de Estrellas, el cual se distingue por los minerales adheridos a las paredes de la gruta que lanzan miles de destellos, simulando el cielo de la noche.
Además de realizar recorridos guiados y expediciones no aptas para claustrofóbicos, las Grutas Karmidas te ofrecen otras actividades como rápel y tirolesa. También existe la posibilidad de acampar a los alrededores, comer en su tradicional restaurante o dirigirte a Zapotitlán de Méndez y disfrutar de este pequeño municipio.
Como llegar: desde la ciudad de Puebla, necesitas tomar la autopista 150 hasta Amozoc, siguiendo por la desviación hacia Oriental por la carretera 129, al llegar a Zaragoza conduce por la estatal 575 con rumbo a Cuetzalan, pasando Zacapoaxtla, encontrarás un entronque con la interserrana 108 hasta llegar a Zapotitlán de Méndez.
Foto de portada: Andrés Amaro