Entre los estados de Puebla y Oaxaca se encuentra un lugar enigmático en el que convergen naturaleza, cultura e historia. Se trata de la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán, el espacio ideal para observar el vuelo de las guacamayas y bosques espectaculares de cactáceas únicas en el mundo.
Las especies de la Reserva Tehuacán – Cuicatlán
Muchas de las especies que radican en la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán no las verás en ninguna otra parte del mundo. De ahí su importancia y la magia que hace a este lugar tan fascinante. Del lado poblano de la reserva sobresalen ecosistemas áridos con techos de hasta 20 metros de altura que pintan de verde el paisaje. Como si se tratara de un bosque en medio del desierto.
La riqueza natural del lugar radica principalmente en la su gran diversidad florística. La flora predominante en la reserva es la xerófita, que comprende más de la tercera parte de las especies del lugar. Le siguen la selva caducifolia (una cuarta parte) y el bosque templado. Asimismo, en la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán aún habitan jaguares, pumas y ocelotes. También pueden verse águilas reales, búhos y cientos de abres que vuelan y cantan por todo el lugar.
Patrimonio de la Humanidad Mixto
La zona fue declarada Bien Mixto gracias a su valor natural e histórico. Existen pruebas de que la primera domesticación del maíz ocurrió en estas tierras. Toda esta belleza natural e importancia histórica no pasan desapercibidas por el mundo. El 2 de julio de 2018, el Comité del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO reconoció como patrimonio de la humanidad mixto a la reserva.
Para visitar la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán deberás hacerlo en compañía de un guía certificado. Los recorridos son vigilados de manera estricta para proteger la vida de las especias que ahí habitan. Podrás realizar actividades como observación de flora y fauna, observación de fósiles y senderismo. La experiencia que ofrece esta reserva es simplemente única.