Alegre, esplendoroso y repleto de tonalidades que se quedan en la memoria, así es el Patio de los Azulejos: uno de los tesoros mejor guardados de la Angelópolis. Y aunque quizá eres uno de los tantos qué se estará preguntando ¿qué es el Patio de los Azulejos y por qué no lo conocía antes? no te preocupes, para la gran mayoría sigue siendo un secreto a voces que estás a punto de descubrir.
Un espacio de colores
Ubicado sobre la calle 11 Poniente 108, el Patio de los Azulejos es una construcción que data del siglo XVII y que forma parte del conjunto arquitectónico del Templo de Nuestra Señora de la Concordia.
La historia de este sitio comenzó gracias a la iniciativa del padre Cayetano Medina quien consiguió los recursos para decorar con decenas de azulejos coloridos todo el espacio. También se añadieron otros elementos como piedra, ladrillo, yesería, entre otros. Sin embargo, en un inició fungió como un lugar muy diferente al que conocemos hoy: una imprenta.
Conocido primeramente como llamado Patio de Ejercicios, este sitio fue la cuna de un documento de gran importancia histórica: el Plan de Iguala en 1816, el escrito donde se proclamó la emancipación de la Nueva España.
Sitio de leyendas
Se dice que dentro del Patio de Ejercicios, también se realizó el primer periodico de la ciudad: La Abeja Poblana. Sin embargo, tras el paso de la Guerra de Reforma, el patio dejó de funcionar como sitio de imprenta y se convirtió en una vecindad.
A raíz de este hecho, surgió una curiosa leyenda en donde se dice que aquí vivió un viejo abogado. Cada noche, al llegar a casa, encontraba a un anciano sentado al pie de la escalera rezando con un rosario en las manos. Con el paso del tiempo, descubrió que este hombre se trataba de un sacerdote.
En una ocasión, un par de monjas se encontraban pidiendo limosna y llegaron a la vieja vecindad. Al dirigirse al abogado, éste les confesó que ahí vivía un sacerdote que seguro conocían. Cuando les mencionó su nombre, las religiosas quedaron estupefactas sin poder decir nada. Tan pronto salieron del trance, las monjas le contaron la historia del convento en donde se decía que un sacerdote se aparecía por los alrededores rezando.
Al escuchar esto, el abogado salió corriendo del lugar esperando no encontrar al sacerdote de nueva cuenta.
Hoy en día, tras varias décadas en su haber, el Patio de los Azulejos sigue siendo ese esplendoroso sitio que todos deberían conocer. Y es que además de su hermosa estructura, aquí también se encuentran otras atracciones como una sala introductoria, muestras permanentes así como recursos visuales para mostrar a todos los visitantes la riqueza de este sitio.
11 Poniente 110, Centro Histórico
Martes a domingo de 10 a 17 horas
Entrada libre
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Foto de portada: propiedad de lugaresturisticosenmexico.com
