¿Alguna vez has oído hablar de los gallitos de pepita? Desde hace décadas, esta deliciosa golosina forma parte de la tradición gastronómica en San Martín Texmelucan. Año con año se preparan y comercializan por miles principalmente en la temporada de Todos Santos.
Son al menos 30 familias las que se dedican a la elaboración de los gallitos de pepita desde hace décadas. Sus productos se venden en los mercados y calles de comunidades como San Jerónimo Tianguismanalco, Santa María Moyotzingo y el propio San Martín. Son dulces muy representativos y sabrosos.
La elaboración se mantiene casi intacta desde hace varias generaciones. El artesanal proceso comienza con la limpieza de las pepitas con ceniza de carbón, justo 15 días antes de la temporada de Día de Muertos.
Las pepitas se pelan, se remojan y se muelen para después echarlas a una cazuela grade, donde se les coloca azúcar. Luego se bate la mezcla hasta formar la pasta que da forma a los gallitos.
A partir de aquí, comienza el proceso más artesanal y colorido. Se cortan rollitos de papel crepe o china, la masa se pinta con colorante y se compran lentejuela negra y laminillas de baño de oro. Al tener todo esto se preparan las bolitas de masa para darles figura con las manos y adornarla.
Los gallitos de pepita deben estar listos antes del 24 de octubre, porque a partir de este día comienzan a venderse en las calles y en los mercados. Se preparan miles para que se puedan colocar a partir del 28 de este mes en las primeras ofrendas.
Continúa leyendo: La dulce tradición del Muégano de Tehuacán