Actualmente está en ruinas, pero en sus años de esplendor el Templo Mercedario de Quecholac fue cuna de la evangelización en el territorio poblano. A pesar de los años, esta construcción sigue siendo una joya arquitectónica.
El Templo Mercedario de Quecholac o Templo de la orden de Nuestra Señora de la Merced data del siglo XVII. Por la belleza de su arcada real y su decoración con estuco, es el emblema más representativo de este municipio.
El arco, que todo mundo llega a visitar, debe su belleza a los relieves que lo adornan, muy representativos del barroco. Su parte de enfrente que da hacia el parque principal, densamente esculpido en estuco, es una copia fiel de la parte que da al templo.
Por otra parte, el Templo Mercedario se compone de dos cuerpos y una torre campanario. La estructura principal es de cruz atina.
En el recinto está plasmada la distinción que la Corona Española otorgó a Quecholac, dada la importancia que tuvo durante el proceso de evangelización en la Conquista. Por mandato, de los reyes de España, se ordenó que se edificará una arcada real donde quedaran plasmados. Es por esto que en él se pueden ver dos figuras que representan a los reyes católicos.
Tiene una triple puerta maravillosamente decorada con alegorías nativas prehispánicas, pero también con símbolos cristianos. Aunque actualmente la construcción está en ruinas, la fachada, la puerta y la arcada dejan en evidencia la vertiginosa mezcla de estilos arquitectónicos en esta joya poblana.
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