Los churros son una delicia a la que nadie puede resistirse. Basta con darse una vuelta por el Centro Histórico, a espaldas de la Catedral, para encontrar uno de los negocios con más tradición para degustar el crujiente sabor de este postre. Desde los 60 aquí se preparan los churros más famosos de Puebla.
Esta antigua churrería se ha convertido en un reclamo turístico para los visitantes. Todos los días pueden verse largas filas sobre la acera, desde locales, hasta visitantes nacionales y extranjeros, incluso figuras del espectáculo y políticos.
Comenzó como un negocio familiar en 1960, establecido por Pascual Vicente en la esquina de la 2 sur y 5 oriente del Centro Histórico. En un inicio comenzó vendiendo tortas, pero tuvo que innovar porque las cuentas no iban bien y comenzó a ofrecer churros.
Las personas que iban a misa a la Catedral y los paseantes del centro comenzaron a acreditar estos postres. Así fue como el negocio levantó y cambió de nombre a “La Súper Churrería”. Primero se comenzaron a vender los típicos churros mexicanos, hechos con harina, agua y sal.
Una tarde, unos españoles de Valencia probaron el churro y dijeron textualmente al dueño que “era una porquería” porque no tenía sabor. Tres meses después, regresaron con la receta del churro español, la compartieron con Pascual y él la perfeccionó con el tiempo.
Así nacieron los churros más famosos de Puebla. El negocio creció con los años y hoy sigue viento en popa. Es tan emblemático que lo han visitado figuras como “El Piojo” Herrera, Salma Hayek, Joaquín Sabina y muchos más. Incluso forma parte del recorrido del turibús.
Hoy se le conoce como Puebla La Churrería, cuenta con 5 sucursales foráneas y desde hace seis décadas se mantiene en el gusto y corazón de los poblanos.
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