Un monumento a la vida
Llamada de tantas maneras posibles –octava maravilla del mundo, el Relicario de América, Casa de Oro, entre otros–, ningún nombre puede hacerle justicia a la máxima joya del barroco mexicano y poblano: la Capilla del Rosario. Es la cima del arte novohispano que brilla con más fuerza que un amanecer. Pero una construcción de este tipo no puede estar exenta de grandes secretos que resguardan su legendaria historia, ¿los conoces todos?
Icono del barroco mexicano
El nacimiento de la Capilla del Rosario data del siglo XVII y es una de las primeras construcciones dedicadas a Nuestra Señora del Rosario en México. Fue anexada al Templo de Santo Domingo y su edificación se inició en el año 1690 en la naciente ciudad de Puebla bajo el cargo de Fray Juan de Cuenca.
La obra tenía como propósito dos objetivos: enseñar a los fieles a rezar el Santo Rosario además de ser centro de adoración de la Virgen del Rosario. Tras 40 años de trabajo, la capilla fue finalizada un 16 de abril, coincidiendo con la fecha de fundación de la ciudad de Puebla.
Fray Agustín Hernández y fray Diego de Gorozpe fueron los encargados de poner punto final a la obra, la cual fue celebrada con una fiesta de ocho días en los que se llevaron a cabo sermones, procesiones, misas, entre otros.
Bajo la gloria de una época
La Capilla del Rosario está repleta de simbolismos y devoción a la Virgen del Rosario ya que los Dominicos le tenían una gran admiración. La planta cuenta con forma de cruz latina, con brazos y testero cortos.
Su construcción se basa en tres grandes temas. Primeramente, en los muros se representan los misterios del Rosario. En segundo lugar, los techos albergan los temas relacionados con la teología, tales como los dones, virtud, entre otros.
Finalmente, en la parte superior del recinto se pueden observar seis grandes lienzos del pintor José Rodríguez Carnero. Estas pinturas tienen como temas los Gozos de la Virgen, así como su vida, la Glorificación y Triunfo del Rosario. Su portentosa decoración está hecha de ónix, yesería dorada, pinturas y azulejos forrados con láminas de oro de 22 quilates.
Maravilla del cielo a la tierra
Cuenta también con una hermosa cúpula en donde se representa a la Gracia Divina. Ésta a la vez, se acompaña por figuras que representan los dones del Espíritu Santo: entendimiento, fortaleza, piedad, temor de Dios, ciencia, consejo y sabiduría. En el mismo sitio se aprecian además a 16 santas entre las que se encuentran: Santa Úrsula, Santa Inés, Santa Apolonia, Santa Clara de Asís, entre otras.
Finalmente, en el tabernáculo se encuentra la venerada Virgen del Rosario. El ciprés donde descansa se conforma de 12 columnas corintias. Tiene una base realizada en mármol de Tecali y que representan a los doce apóstoles. Durante diversos lapsos, la Capilla del Rosario ha recibido arduos trabajos de restauración con el único fin de conservar esta obra de la arquitectura mundial.
El encanto dorado de esta joya mexicana le ha valido adoraciones por parte de todo el mundo. El Papa Juan Pablo II le otorgó el título de Relicario de América. Un nombre más en la infinidad de descripciones que este hermoso sitio merece.
Dirección:
Templo de Santo Domingo (calle 5 de Mayo esq. con 4 Poniente, Centro Histórico).
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Foto de portada: @PueblaEsChula
