En esta ocasión nuestro amigo Raúl Gil nos manda estas imágenes desde Guerrero Negro, Baja California Sur. Los invitamos a conocer un poco la historia de esta famosa empresa de sal y de este mágico lugar Guerrero Negro el cual también es muy famoso por la ballena gris.
Guerrero Negro es una población del estado mexicano de Baja California Sur, conocida internacionalmente por su industria salinera.
La ciudad se encuentra en la costa del océano pacífico, sobre el paralelo 28° norte, el mismo que divide la península de Baja California en dos estados: Baja California y Baja California Sur, México. Se ubica dentro del municipio de Mulegé con la categoría de Delegación Municipal.
La población de Guerrero Negro nació en 1957, cuando un visionario norteamericano de nombre Daniel Ludwig, mismo que construyó el hotel Acapulco Princess en el puerto de Acapulco México, decidió instalar ahí una salina para abastecer la demanda de sal de la costa oeste de los Estados Unidos.
En 1973, Ludwig vendió la empresa al gobierno mexicano y a la corporación Mitsubishi, en un 51% y 49% respectivamente, dando lugar a una historia de éxito que prevalece hasta la fecha. La empresa se ha distinguido no sólo por su crecimiento y su rentabilidad, sino también por el progreso que han alcanzado sus más de mil empleados, su comunidad y su entorno ecológico, ya que la salina, ubicada en un sitio de extraordinaria belleza, dentro de una reserva de la biosfera, ha sido el pivote del desarrollo de esta región, donde cada temporada invernal se dan cita las ballenas, decenas de especies de aves residentes y migratorias y aventurados turistas procedentes principalmente de los Estados Unidos y Europa.
Su nombre oficial es Puerto Venustiano Carranza pero en la práctica se le conoce como Guerrero Negro y es delegación del Municipio de Mulegé.
Su nombre proviene de un barco llamado The Black Warrior (en español, El Guerrero Negro) que se dice se hundió frente a sus costas cargado de oro y plata.
La extracción de sal en la región comenzó a raíz del descubrimiento de depósitos de sal fósil en salitrales naturales constituidos por inmensas zonas de inundación en las partes bajas de las marismas de la Laguna Ojo de Liebre. Estos depósitos o pisos de sal se formaron por la evaporación natural del agua de mar que inundaba terrenos planos e impermeables durante las mareas altas. Durante muchos años se extrajo sal de estos depósitos de manera rudimentaria en seco, llevando la sal en góndolas mineras hasta un embarcadero de madera en el extremo sudeste de la laguna para ser cargados en pequeñas embarcaciones. Aún restan los vestigios de aquella infraestructura.
La salina se instaló alrededor de la laguna costera Ojo de Liebre aprovechando los salitrales del lugar, sin imaginarse que algún día esta empresa, llamada Exportadora de Sal, S.A., de C.V., se convertiría en la salina más grande del mundo, con una producción de siete millones de toneladas de sal al año, que son exportadas a los principales centros de consumo de la cuenca del Pacífico, destacando Japón, Corea, Estados Unidos, Canadá, Taiwán y Nueva Zelanda.
A principios de la década de los cincuenta, debido a que las salinas de San Francisco, California, dejaron de abastecer sal a la industria productora de papel de la costa oeste de Estados Unidos, un grupo de empresarios norteamericanos buscó la localización más apropiada para iniciar la construcción de instalaciones productoras de sal y abastecer ese nicho de mercado. El Sr. Daniel K. Ludwig, presidente de National Bulk Carriers, se interesó en un proyecto para explotar las salinas de Guerrero Negro e inició los trámites correspondientes ante la entonces Comisión de Fomento Minero del Gobierno Mexicano. Así, el 7 de abril de 1954 se constituyó Exportadora de Sal S.A.
El primer embarque de sal se efectuó el día 27 de mayo de 1957 a bordo del barco “Nikolos» que zarpó del Puerto Venustiano Carranza con 8,708 toneladas.