En el Parral, uno de los barrios más antiguos de Puebla, se encuentra quizá una de las iglesias menos famosas de la ciudad. Aunque no por esto deja de ser hermosa o de tener una gran historia. Su nombre es Templo del Inmaculado Corazón de María, una edificación de la que se habla poco, al igual que el Parral.
Tanto el barrio como el Templo del Inmaculado Corazón de María pasaron a segundo plano para muchos poblanos debido al problema de inseguridad que solía azotar esta zona. Hoy en día las cosas cambiaron y el Parral nuevamente está listo para resurgir y reabrir sus puertas a todos los poblanos y turistas.
El Templo del Inmaculado Corazón de María se edificó en 1860, aunque sus obras se interrumpieron y nuevamente se reanudaron hasta el año de 1886. Es uno de los puntos de reunión más importantes para la gente de este barrio. Principalmente durante la fiesta patronal que tiene lugar la tercer semana del Pentecostés.
Durante las celebraciones se llevan a cabo diferentes actividades que involucran a todos los habitantes del Parral. Hay funciones de lucha libre que se organizan frente al mercado; también hay competencias como el palo encebado y bailes de tipo sonidero.
Uno de los elementos más distintivos del Templo del Inmaculado Corazón de María es la enorme escultura de la Virgen que se encuentra en lo más alto. Desde la calle, o incluso desde uno de los extremos del Paseo Bravo, puede observarse como sobresale sobre los edificios que colindan con la iglesia.
Debajo destaca su sólida fachada de piedra gris, contrasta con los marcos de las ventanas pintados de amarillo, igual que su muro que da a la 7 Poniente. En la parte alta de su fachada principal hay un vitral, también con representaciones marianas.
El Templo del Inmaculado Corazón de María es uno de los lugares que le da vida al Parral. Para los habitantes de este barrio representa uno de sus bienes más preciados. Tienes que conocer esta iglesia en el Centro Histórico; a través de ella sabrás más de uno de los barrios más antiguos de nuestra ciudad.
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