Estos cinco oficios en Puebla están en riesgo de desaparecer para siempre. Y es que la modernidad y el consumo en masa han puesto en riesgo a quienes se dedican a esto, por lo que muchos han preferido cambiar el giro de su trabajo.
Organillero
Cada vez es menos frecuente escucharlos por las calles del Centro de Puebla. De hecho, si encuentras a alguno, disfrútalo ya que puede ser la última vez. Y es que el oficio es uno de los más complicados de mantener. Y es que el organillo ha ido en desuso y quienes se encargan del mantenimiento y reparación se están llevando a la tumba los secretos de este bello instrumento.
Afilador
Hasta hace unas décadas, era muy común escuchar su peculiar silbato por las calles de toda la ciudad de Puebla. Sin embargo, su curiosa melodía, ha empezado a ser algo sumamente raro. Antiguamente se pensaba que al escucharlo, se debían cubrir los espejos de las casas, pues podría ser un mal augurio. Hoy, la superstición ha ido desapareciendo, casi al mismo tiempo que estas personas que solían recorrer las calles en su bicicleta.
Camotero
Los carritos de camotes dieron identidad a Puebla durante muchos años. Fueron sus conductores quienes anunciaban a la gente su llegada con el famosísimo silbido que emanaba de la caldera del carrito. Sin embargo, hoy es poco habitual encontrar a algún camotero que venda sus manjares. Así que si ves a alguno, recuerda que este es uno de los oficios en Puebla que puede desaparecer muy pronto.
Renovador de Calzado
La renovación de calzado era toda una industria muy lucrativa en Puebla. De hecho, en el Centro Histórico solía haber calles dedicadas a vender plantillas, agujetas, grasa, tintas y todo lo necesario para dar mantenimiento a los zapatos. Sin embargo, con la llegada del llamado «fast fashion», la ropa y los zapatos se han convertido en artículos prácticamente desechables. Y es por esta situación que este también es uno de los oficios en Puebla que está destinado a desaparecer.
Vendedor de revistas y periódicos
La llegada de los medios digitales y las redes sociales, ha cambiado para siempre la manera en la que nos informamos. Antiguamente, el periódico era la mejor manera de mantenerte al tanto, por lo que los voceadores (personas que anunciaban las nuevas del periódico del día) eran muy famosos. Hoy, los voceadores ya desaparecieron y se piensa que en breve, los vendedores de revistas y periódicos también harán lo propio.
Foto de portada: Erik Alcántara