Al mismo nivel que los típicos platillos de la gastronomía de Puebla se encuentran esos pequeños, deliciosos y coloridos bocadillos que cuentan historias con solo una mordida: los dulces poblanos. Muchos quizá conocen un poco de su sabor e importancia, pero ¿quién puede hablar de tu gran historia? Aquí la descubrirás.
Tortitas de Santa Clara
Es quizá uno de los dulces poblanos con mayor tradición y reconocimiento por su gran historia. Cuenta la leyenda que comenzaron a ser elaborados en el Convento de Santa Clara, de ahí su nombre, durante la época colonial. Consiste en una galleta cubierta de dulce de pepita de calabaza.
Molletes poblanos
Se trata de un postre que suele acompañarse con el tradicional chile en nogada y es común encontrarlos durante los meses de julio, agosto y septiembre. Para prepararlo, es necesario rellenar un pequeño pan, parecido a una concha, con crema y glaseado con dulce de pepita.
Camotes
La gastronomía poblana no sería la misma sin el icónico sabor y presencia del camote. Este dulce, que ha sido usado como representante de la identidad poblana, se creó en un convento debido a un accidente en la cocina. Hoy en día, se suele cocer junto a piña u otras frutas además de azúcar para moldearlo a su típica figura.
Muéganos de Tehuacán
Poco tienen que ver con aquellas bolitas de masa de trigo crujiente. Este dulce consiste en una especie de galleta cubierta de piloncillo que debe colocarse en forma de sándwich entre dos obleas. A pesar de que hoy se consumen por todo Puebla y otros lugares del país, son típicos del municipio de Tehuacán.
Gallitos
Se trata de un dulce compuesto de leche quemada, mazapán compactada, almendra, pepita, entre otros ingredientes. Es uno de los dulces poblanos más coloridos y consumidos por los visitantes y población local.
Foto de portada: animalgourmet.com
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