La Reserva de la Biósfera Tehucán-Cuicatlán, además de sus hermosos paisajes naturales y especies endémicas, también es un lugar que esconde grandes secretos. Uno de ellos se encuentra incrustado en las faldas de un cerro, cerca de un barranca. Se conoce como la Capilla Enterrada de Zapotitlán y se trata de uno de los recintos religiosos más antiguos de esta región.
La Capilla enterrada de Zapotitlán se encuentra en terrenos del municipio de Zapotitlán Salinas, dentro de la reserva antes mencionada. Consiste en una cueva que se excavó para construir en ella el primer centro de evangelización de la Mixteca Poblana. Se encuentra en los vestigios del “camino real”, una vía por donde pasaban arrieros poblanos y oaxaqueños para sus actividades comerciales hace muchos años.
El interior de la Capilla Enterrada se dedicó a la oración. Se divide en paredes laterales, el techo y la puerta principal. Dentro guarda pinturas del Antiguo y Nuevo Testamento, las cuales se plasmaron hace más de 400 años.
Se cree que fue el primer centro de evangelización en esta región. Su altar principal está pegado a la pared para que tanto el sacerdote como los feligreses pudieran ver de frente a las imágenes religiosas. De hecho, se eligió edificar aquí la capilla para que los arrieros dedicados al comercio pudieran detenerse aquí para orar o bien para pasar la noche. Se les brindaba descanso y se les preveía de comida y mezcal.
Sus pinturas fueron obra de artistas anónimos, quienes utilizaron colorantes vegetales como el nopal, tunas, cactus, palos y piedras para darles vida. Se puede ver una imagen de la Santísima Trinidad, otra de la aprehensión de Jesús en el huerto y también escenas de la crucifixión. Asimismo, se pueden admirar pasajes del Antiguo Testamento como el arca de la alianza o las tablas de Moisés.
Hay otras que están incompletas porque fueron destruidas o saqueadas. Actualmente, la Capilla Enterrada de Zapotitlán recibe los cuidados necesarios para su preservación. Especialistas, voluntarios y empresas privadas han participado en el rescate de este espacio poco conocido, pero con mucha historia. Los expertos la consideran un “caso sui generis” de la arquitectura. En resumen, hay motivos de sobra para conocer esta joya oculta en la Mixteca Poblana.
Foto principal propiedad de Hugo Contreras
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