Si pudiéramos seleccionar o elegir un símbolo o característica propia de la temporada de muertos en Puebla, esa sería sin duda alguna los altares de Huaquechula. Pero, ¿por qué son tan especiales estos altares? y aún más importante, ¿qué los hace tan únicos en todo el país? estás por descubrirlo.
El altar de Puebla
Ubicada entre las estribaciones de la Sierra Mixteca y las faldas del Popocatépetl, Huaquechula podría parecer otro más de los tantos rincones coloridos y tradicionales de Puebla. Y hasta cierto grado lo es. Sin embargo, cuando la temporada de muertos llega, Huaquechula se transforma totalmente gracias a un elemento en especial: sus altares.
A comparación del 99% de altares típicos de México, los de Huaquechula se forman a partir de dos elementos que podrían parecer sumamente contrariados pero que la historia de México los une: la tradicional ornamental prehispánica de la región y los altares de Jueves Santo del catolicismo.
No se sabe con exactitud el momento en el que comenzaron a construirse. Mucho menos desconocemos la fecha cuando estos se volvieron tan importantes dentro de la temporada de muertos. Sin embargo, esto no importa en realidad. Lo verdaderamente trascendental es que su estructura única ha llegado a las afueras del país.
Un altar de niveles
Los altares de Huaquechula se caracterizan, principalmente, por sus tres niveles, algo que ningún otro altar ostenta. El primer “piso” representa el plano terrenal, por lo que aquí se colocan toda clase de guisos que el difunto disfrutaba en vida, pan, fruta, bebidas, entre otros. En esta zona también se coloca un espejo con dirección hacia el techo de la ofrenda, en donde se encuentra la foto del fallecido, lo que representa un reflejo de su espíritu.
En el segundo nivel, se pone de manifiesto la conexión entre la tierra y el cielo. Aquí se suelen colocar imágenes religiosas como una representación de la intersección de los santos por los difuntos en el cielo.
Por último, sobre el tercer nivel se representa el contacto con la divinidad por lo que aquí se suelen colocar imágenes de Dios y su hijo. Se cree que en esta área se encuentran todos los seres amados.
Los altareros y sus tradiciones
En ciertos casos, los altares son diseñados por “especialistas” en el tema, por lo que suelen cobrar sumas que van desde los 3 mil hasta los 15 mil pesos. Las puertas de las casas se abren, para toda la gente, el día primero de noviembre tras el anuncio de las campanas de la iglesia como una señal de que los muertos han comenzado a arribar.
Los altares de Huaquechula también se caracterizan por estar abiertos al público en general Para ello, los visitantes deben llevar una cera blanca o vela al anfitrión como una señal de humildad. De acuerdo a la tradición, el visitante dice la frase “una lucecita para el ánima bendita” a lo que el anfitrión responde “qué el ánima bendita ruegue e interceda por ti”.
Hoy por hoy, no hay mejor lugar para celebrar la temporada de muertos en Puebla de una manera única que en Huaquechula y sus espectaculares altares.
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Foto de portada: propiedad de museoamparo.com