Detrás de ese rostro moderno y cosmopolita que la ciudad de Puebla ha adquirido en los últimos años, una cara de rasgos más antiguos, tradicionales y auténticos se parte en diversos rincones. En ellos no solo sobreviven las raíces que dieron vida a la actual Puebla, también son el hogar del rico ambiente de esta ciudad a la que el tiempo no le hace nada. Hablamos de los antiguos barrios de Puebla, los sitios a donde todos los caminos llevan.
El Carmen
A los alrededores del hermoso Templo de Nuestra Señora del Carmen, El Carmen ha forjado su forma e identidad. Se trata de un barrio de gran tradición en donde su historia se encuentra estrechamente ligada al levantamiento de la iglesia. Aunado a esto, el lugar es sitio de diversas construcciones barrocas, casonas y pequeños negocios de tintes bohemios y tradicionales donde marcha a otro ritmo. Aquí también se encuentra el icónico mercado homónimo donde se pueden encontrar las famosas cemitas de El Carmen. Durante cada 16 de julio, el barrio se viste de gala para celebrar a la Virgen del Carmen, una de las fiestas más importantes de toda la ciudad.
El Alto
Abarcando de la calle 18 Norte al bulevar 5 de Mayo y de la calle 26 Oriente a la 4 Oriente, El Alto es como su nombre lo dice: una zona a donde todas las miradas se dirigen. El lugar surgió durante inicios del siglo XVII cuando vivían cerca de diez peninsulares. Anteriormente, la zona era ocupada por mixtecas, por lo que se le consideraba un barrio indígena. Con el paso del tiempo, fue habitada hasta convertirse en un sitio de gran tradición. Hoy en día, no hay mejor manera de conocerlo que visitando el Portalillo –una construcción de arcada triple que sirvió como parteaguas para el trazo de la ciudad– así como el mercado José María Morelos, residencia de los mariachis poblanos.
De la Luz
Su pudiéramos resumir o describir al barrio de la luz en una sola palabra esa sería: artesanías. Y es que no podemos pensar en otra cosa al hablar de este espectacular lugar que en sus tantos y variados talleres de alfarería. Aquí, con la ayuda de barro o arcilla, decenas de artesanos dan vida a un sin número de auténticas obras de arte. El mejor lugar para observar y comprar alguna de estas piezas es en la calle de Carrillo. Sin duda alguna, uno de los antiguos barrios de Puebla más hermosos.
Xanenetla
Aunque nació para ser hogar de los miles de ladrilleros y alfareros de la Puebla antigua, Xanenetla cambió parte de su esencia con el paso del tiempo. En este lugar, donde es fácil perderse entre sus coloridas calles y callejones, se encuentra un grupo de espectaculares murales que combinan lo mejor del arte moderno con las eternas tradiciones de la ciudad. Pero además de estos divertidos trazos, Xanenetla también es hogar de otras atracciones como el Templo de Santa Inés, el Arco de San José y Loreto y el espectacular Pasaje Histórico 5 de Mayo que conduce directamente a la zona de Los Fuertes.
Analco
Hoy por hoy, nadie puede hablar de los barrios poblanos sin mencionar a la colorida zona de Analco. Surgió en 1531 cuando indígenas tlaxcaltecas se asentaron en el sitio, al otro lado del extinto río San Francisco. Casi un siglo después, nació el emblemático Templo del Santo Ángel Custodio, testigo directo en el crecimiento de la zona. Actualmente y con muchos años a sus espaldas, Analco continúa conservando ese ambiente de autenticidad y tradición. Sobrevive el maravilloso Puente de Analco –hogar de una hermosa leyenda poblana–, la imponente escultura del Ángel Custodio del escultor Sebastián y el popular tianguis que cada fin de semana ofrece una variedad de productos que van desde artesanías hasta alimentos tradicionales.
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Foto de portada: visionmetropoli.com
