De manera no oficial, y más como leyenda, Puebla nació a la orilla del antiguo río San Francisco. Este gran caudal, que muchos poblanos de edad adulta aún recuerdan, se formó por el deshielo de La Malinche y sirvió como una especie de división simbólica entre las primeras clases que habitaron la naciente ciudad de Puebla. Hoy en día, y tras años de su desaparición, muchos poblanos se siguen preguntando, ¿qué le pasó realmente a este caudal?
El río que formó a Puebla
Aunque no existe una historia oficial de su origen, se cree que el antiguo río San Francisco, llamado primeramente río Alomoloyan, formaba parte de un grupo de caudales asentados en el Valle de Cuetlaxcoapan: el sitio donde se fundó la ciudad de Puebla.
Gracias a sus aportes para el desarrollo de la agricultura y otras actividades entre los primeros habitantes, la corona española decidió establecer un proyecto colonizador para asentar a los españoles que no tenían tierras.
Fue así como el río San Francisco comenzó a adquirir gran importancia económica, cultural y religiosa en la naciente ciudad de Puebla tomando un papel divisorio de manera inconsciente. El río dividía la clase obrera, asentada al oriente y compuesta por albañiles y otros trabajadores, de la clase alta, la cual se congregó en el centro de la ciudad.
Durante sus primeros años, ya como parte de la ciudad de Puebla, el río contaba con 16 puentes que unían a ambos lados, siendo el puente de la capillita de Dolores el más importante. El agua del antiguo río San Francisco sirvió para el funcionamiento de los primeros molinos que se establecieron en la ciudad.
El declive y actualidad
Con el paso del tiempo, el río se convirtió en una especie de sitio para descargas residuales. Esta práctica se extendió a través de los años siendo replicada por las industrias textileras que también hacían uso del río para generar energía. Fue hasta 1915 que el problema del drenaje creció a tal magnitud que se comenzó a construir de manera subterránea por un empresario de apellido Guerrero.
Aunado a esto, el aumento de la población, la urbanización de la ciudad y las lluvias torrenciales motivaron que en 1963 se decidiera entubar al río. Este proyecto dio inicio a lo que hoy todos conocemos con el bulevar Héroes 5 de Mayo: una de las arterias más importantes de la ciudad.
En la actualidad, existen diversas organizaciones o grupos urbanos que buscan revivir la grandeza del antiguo río San Francisco. Sin embargo, los esfuerzos de rescate han sido infructuosos debido a una falta de planeación urbana y el irremediable crecimiento de la población y contaminación.
Solo el tiempo y la actitud y responsabilidad de los poblanos serán los puntos decisivos para rescatar a este gran elemento de la historia poblana.
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Foto de portada: elexpedientedepuebla.com
