El mundo que enfrentamos se ha tornado tremendamente complejo y el mundo de la empresa ha sido impactado con mayor turbulencia. Un cambio de época profundo, radical, dinámico, incierto y ambiguo, lo que da motivo a dudas y confusión.
Este siglo arrancó con mayores cambios. 2007 la gran aceleración. 2008 la gran crisis económica. 2015 la urgencia de detener el cambio climático. 2019 la aparición de la pandemia.
Adaptándose a la realidad
En los últimos dos años se agudizó esta complejidad. Veamos causas y ejemplos:
- Efectos de la pandemia: confinamientos, vacunas, variantes, COVID largo
- Nueva ola digital: inteligencia artificial, metaverso, internet de las cosas
- Toxicidad política: polarización y división intencionada, cinismo, intolerancia
- Injusticia social: distribución inequitativa del ingreso, racismo, refugiados
- Enfermedades psicológicas: estrés, ansiedad, depresión, soledad, malestar
- Economía: inflación, falta de crecimiento, redefinición del empleo
Los dirigentes de empresas están acostumbrados a lidiar con la complejidad, pero nunca habíamos enfrentado su crecimiento exponencial y las exigencias sin paralelo que provoca. De ahí la urgente necesidad de simplificar. Es crítico para sobrevivir.
En el IESDE estudiamos al Prof. Dave Ulrich, destacado investigador propone como resultado de una investigación con más de 28,000 encuestados, una competencia directiva denominada simplificar la complejidad que separa las señales clave del volumen y ruido informativo: poder navegar en un mar de información y datos y enfocarse en lo importante.
Destaca en esta competencia el pensamiento crítico, pues permite separar lo importante y fundamental de lo llamativo y temporal, con conductas tales como:
- Tamizar volúmenes de información para identificar los problemas críticos frente a los menos importantes
- Identificar aspectos que se volverán estratégicos
- Evitar modas o tendencias falsas
- Pensar de manera independiente
Dominando la actualidad
Quien domina el pensamiento crítico puede aprovechar la incertidumbre para inducir cambios positivos en su organización, manteniendo la calma en la crisis, y así detectar el momento oportuno para actuar o no en un sentido u otro, y proponer soluciones prácticas, estratégicas, útiles y rentables. Los programas directivos y posgrados del IESDE enfatizan esta competencia.
Ulrich propone un marco de referencia para desarrollar esta competencia que permita que las preguntas muy generales puedan convertirse en acciones específicas. En la cotidianidad, una aspiración o pregunta conduce a respuestas rápidas que reflejan más una opinión que un pensamiento crítico. Estas respuestas, dice Ulrich, deben pasar por los filtros de pensar críticamente, combinando la teoría (el por qué), la investigación (el qué) y las soluciones (el cómo).
La teoría explica el por qué y el dónde puede funcionar la respuesta para replicarla en una situación concreta. La investigación valida qué se puede y qué se debe hacer para que la respuesta tenga el mayor y mejor impacto. Las soluciones sin teoría y sin investigación son opiniones que pueden ser interesantes, pero no son sostenibles, replicables y confiables.
Así, una manera rigurosa para responder a una cuestión o asunto y llegar a una acción concreta favorable tiene que pasar por:
- Analizar el contexto con toda su complejidad y demandas específicas
- Revisar la información disponible en todas partes
- Aprovechar el pensamiento divergente
- Hacer análisis y explorar diferentes opciones
Cómo triunfar en este escenario
Estos cuatro elementos pueden ayudar en el proceso del pensamiento crítico
- Relájate. En estas situaciones nos sentimos abrumados. Es necesario permanecer calmados, hacer pausas, clarificar prioridades, regular el cuerpo, pensamientos y emociones. Distinguir lo ideal de lo que se puede lograr.
- Organízate. En los eventos aislados, se pueden encontrar patrones comunes, lo cual facilita su manejo con base en experiencias anteriores o encontrando opciones creativas con la ayuda de otros que piensen distinto o de manera poco convencional
- Adáptate. Dar pequeños pasos priorizando por dónde empezar y haciendo una secuencia lógica: qué hago primero y qué tendrá mayor impacto para lo que quiero resolver. Hay que reconocer que los avances y el progreso no son perfectos.
- Reflexiona. Es indispensable para renovarse y reinventarse, para evaluar lo que funciona o no, para discernir cuándo avanzar y cuándo detenerse y cuidarse uno mismo y a los otros en situaciones complejas.
Pensar críticamente y actuar de manera simplificada en un mundo complejo no es fácil. Requiere adquirir confianza, usar los pasos propuestos y desarrollar la habilidad de repensarse, transparencia para conectarse y comprometerse con otros y humildad para reconocer las limitaciones.
Sigue estas sugerencias. Te ayudarán a detectar los asuntos clave en esta ruidosa y compleja realidad en la que vivimos y proponer soluciones simples y efectivas. Si necesitas profundizar o mayor ayuda, visita nuestra página www.iesde.mx o comunícate por WhatsApp al teléfono 222 246 46 09 y participa en nuestros programas donde estas competencias y otros temas de avanzada están incluidos.
IESDE: School of Management
Dirección: 15 Norte 1-A, Centro Histórico, Puebla, Puebla
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Foto de portada: experienciajoven.com
