El chile en nogada es uno de los platillos más representativos de la gastronomía mexicana. Su característico contraste de sabores dulces y salados lo convierten en una verdadera delicia para el paladar. Por sus colores que asemejan a la bandera nacional, nunca puede faltar en las fiestas patrias. Además, gracias a la cantidad de ingredientes y lo sofisticado de su preparación, este manjar es ampliamente reconocido a nivel mundial.
Los ingredientes del chile en nogada
Existen muchas posturas sobre qué debe llevar el chile en nogada, desde las puristas hasta las menos dogmáticas. Seguramente, más de una vez te has preguntado cómo debe ser preparado un auténtico chile en nogada. Para empezar, debes saber que la receta contiene hasta 50 ingredientes, algunos los encontramos todo el año, otros, están disponibles solo unos meses.
En primer lugar tenemos a la manzana panochera como ingrediente imprescindible. Ni pienses es sustituirla por otra variedad, pues el sabor agridulce de esta pequeña fruta le da un toque muy especial al relleno del chile. Tampoco podemos olvidarnos de la nuez de castilla, el fruto que le otorgará el color aperlado al platillo.
La pera de leche es muy importante por su dulce sabor, más que cualquier otra variedad. Solamente se produce en Puebla y algunas partes de Tlaxcala. Otro protagonista es el durazno criollo, con su pulpa dorada y jugoso sabor. Es la variedad más utilizada del país, pero solo se da entre los meses de mayo y septiembre. No dejemos de lado al actor principal, el chile poblano, fácil de reconocer por su aroma que pica un poco en la nariz. Te sugerimos aquellos que vayan del verde al negro.
Sabor, olor y textura
Ahora toca hablar sobre las características básicas del chile en nogada. Una salsa más amarillenta o parda evidencia el uso de una nuez común, y no de castilla como debería. El rojo de la granada y el verde de las hojas de perejil no deben dominar el emplatado, a fin de que no se impongan sobre la delicada salsa.
El sabor es complejo pues se compone de varios sabores. Aporta sensaciones frescas, herbáceas y picosas. La nogada le da untuosidad y el queso de cabra otorga ligera acidez. El cuadro lo completan la granada y el perejil que contrastan con la nogada, que debe tener una consistencia cremosa. Ojo, porque si detectas acitrón, una biznaga en peligro de extinción, estás frente a una práctica ilegal.
Al comer, el chile debe ser ligeramente esponjoso, con un capeado delgado, firme pero no fibroso. En la nariz, se debe percibir el delicado y dulce sabor de la nuez de castilla. Pero si te llega un olor a alcohol, cuidado, porque se trata de un truco para enmascarar un mal sabor. Pues bien, ahora que ya sabes cómo debe identificar a un auténtico chile en nogada, no te queda más que disfrutar de la temporada de este delicioso platillo.
Foto de portada: foodandwineespanol.com
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