En el inmenso mar de sabores que forman parte de la gastronomía mexicana existe un platillo que destaca por su delicioso sabor, esencia e importancia culinaria: el mole poblano. Sin embargo, y aunque seguramente el 99% de los mexicanos lo han probado, pocos conocen realmente su historia. ¿Y tu, conoces la leyenda del mole poblano?
Una historia celestial
Solo un platillo como el mole poblano podría albergar tantas historias sobre su origen. Sin embargo, una sobresale por su curioso desarrollo. Cuenta la leyenda que el mole nació en el antiguo Convento de Santa Rosa en el año de 1861 por Sor Andrea de la Asunción.
Se dice que un día la hermana Andrea se encontraba en la cocina del convento realizado sus labores gastronómicas. De pronto, una visión divina le hizo combinar diversos ingredientes con el fin de crear un nuevo platillo. Tras unos minutos de preparación, el aroma se esparció por todo el lugar provocando las alabanzas de la madre superior que gritó con alegría: ¡herman, que buen mole!
Otra leyenda cuenta que el verdadero artífice del mole poblano fue Fray Pascual quien por accidente mezcló chiles y otros ingredientes en el guisado de guajolote que preparaba.
La verdadera historia
Muchos son los estudios que señalan que el mole poblano fue creado verdaderamente durante la época virreinal en el auge del movimiento barroco en Puebla y México. Fue en la Angelópolis donde los viejos instrumentos de la cocina prehispánica, como el metate y el molcajete, se fusionaron con decenas de ingredientes y métodos españoles.
Otro factor para el nacimiento de este platillo fue que la ciudad de Puebla fue un importante centro de acopio donde llegaban toda cantidad de ingredientes y alimentos. Sin embargo, y después de todo lo anterior, existen registros del mole en la época prehispánica. De acuerdo con el libro Historia General de las cosas de la Nueva España, escrito por Fray Bernardino de Sahagún, el mole tiene raíces ancestrales, ya que el término proviene de la voz nahua mulli que significa moler.
En aquella época, el mole tenía un carácter ritual y de celebración a los dioses además de ser consumido en nacimientos y matrimonios. Pero aunque hoy en día todos ubiquemos su delicioso sabor de tintes dulces y picantes, hace cientos de años este platillo se conformaba de cenizas, chiles y hierbas.
Muchas serán las historias y leyendas detrás del mole sin embargo, lo más importante será siempre su emblemático sabor que ha superado las barreras del tiempo y el espacio.
Foto de portada: propiedad de gob.mx
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