El mezcal es un trago muy mexicano que desde hace varios años brilla a nivel internacional. Se obtiene del agave, una planta bondadosa que se aprovecha desde la época prehispánica, aunque el mezcal nació años después con la llegada de los españoles y la introducción de los procesos de destilación. A diferencia del tequila, esta bebida solo se puede preparar de manera artesanal, como lo hace Mezcal Promesa. Esta mezcalera es fiel a la tradición con cuatro variedades de mezcal que debes probar.
Tobalá
El agave Tobalá es corto y sólido, de forma redonda y corta altura. Su tiempo de maduración es de entre 12 y 15 años. El mezcal artesanal que se elabora a partir de él ofrece notas de miel cítricas y una sensación sedosa y elegante. Su sabor sutil permanece mucho tiempo en la boca, invitando a seguir disfrutándolo trago a trago.
Espadín
El Espadín es un agave de pencas largas, afiladas y delgadas como espadas. Su tiempo de maduración es relativamente corto, entre 8 y 12 años, por lo que es el más utilizado y el de mayor producción para mezcal. Se le considera como el ancestro del agave azul para hacer tequila y también del henequén. Como mezcal brinda tonos frutales, notas levemente dulces y sabores de hierbas y especias al final.
Cuishe
El Cuishe es un agave silvestre microendémico que también puede llamarse madrecuishe. Crece en regiones altas, entre los 750 y 2000 metros sobre el nivel del mar. Se distingue por ser alto, de tallo largo y pencas delgadas. Para que pueda convertirse en mezcal tarda entre 12 y 15 años para su maduración. Ya en la boca después de un buen trago, brinda sabores cítricos y ácidos que se armonizan con suaves notas herbales que permanecen largo rato en el paladar. Es una de las variedades de mezcal que más te gustará
Tepeztate
Entre las variedades de agave el Tepeztate es el más grande, pues alcanza una altura de casi 2 metros y un ancho de 205 metros. Se distingue por sus hojas anchas y onduladas de color verde amarillentas o azulado, áspero al tacto y con espinas robustas. Es un agave silvestre y tarda en madurar entre 20 y 25 años; luego se convierte en mezcal, tras pasar por un horno de piedra y destilarse en alambique de cobre. Aporta todos los sabores de la tierra. Luego de probarlo, tu nariz se quedará con el recuerdo a tierra mojada.
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