Seguramente, durante algún viaje en coche o transporte público hacia la zona de Los Fuertes o áreas aledañas, te has percatado de la presencia de un espectacular arco que parece dar la bienvenida a todos aquellos que llegan hasta la calle 2 norte. Sin embargo, y lejos de ser un punto de referencia o un vistoso adorno de la colonia, existe una gran historia detrás de este increíble monumento que pocos conocen. A continuación te contamos la historia del Arco de Loreto: un testigo de la historia poblana.
Un monumento de rica historia
Para cualquier transeúnte perdido en la zona, el Arco de Loreto puede significar la entrada o salida hacia algún sitio, pero ¿cuál es verdaderamente? lo cierto es que aunque no tiene un sentido direccional claro, esta estructura marca, no oficialmente, la entrada a la zona de Los Fuertes y el fin del Centro Histórico.
De acuerdo con diversos historiadores, el Arco de Loreto fue construido entre los años de 1781 y 1788 como parte de las obras de defensa de la ciudad, las cuales también incluían a la actual calzada de Zaragoza y el Fuerte de Loreto. Años después, el arco fue testigo de la gloriosa Batalla del 5 de Mayo, durante la invasión francesa, así como de la incursión estadounidense.
Con el paso de los años, el registro histórico de este monumento ha cambiado a tal grado de mencionar que su construcción se debe a que era la puerta de entrada hacia la Capilla de Loreto, la cual se encuentra en el cerro del mismo nombre.
Monumento sin tiempo
A pesar de la variedad de historias y registros en torno a su origen, nadie puede negar que el Arco de Loreto sigue causando una grata impresión para cualquier que deambula por la zona. Y es que basta con observar su estilo neoclásico y sombríos detalles para darnos cuenta que se trata de un lugar especial.
Es de destacar la presencia de un escudo poblano en una de sus caras así como las representaciones de San José y de San Miguel Arcángel, patrono de la ciudad, en la otra cara. Tampoco podemos olvidar la leyenda grabada sobre su superficie en donde se lee “año de 1885” que, aunque no hay registros, se cree puede haber sido el momento de alguna restauración o trabajo de conservación.
Tras décadas en su haber, el Arco de Loreto sigue siendo ese espectacular monumento que todos miran pero que pocos conocen en realidad. Y aunque no sabemos si ese fue el motivo de construcción, de lo que sí estamos seguros es que seguirá siendo una obra que muestre el rico y extenso pasado de la ciudad.
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Foto de portada: @gerenciachpue