Dentro del emblemático Barrio de Analco, existe una estructura que destaca incluso más que la misma zona: el Puente de Ovando. Y es que aunque la mayoría pueda pensar que se trata de un simple puente antiguo que se ve espectacular durante las noches y en Navidad, lo cierto es que esconde una larga y gran historia detrás. Si aún no la conoces, a continuación te contamos todo sobre esta misteriosa y enigmática construcción.
Más que un puente
Durante los inicios de la ciudad de Puebla, la zona centro se encontraba dividida o partida por el extinto río San Francisco. Dentro del actual Centro Histórico, existía una amplia variedad de construcciones destinadas para la población española. En tanto, en los barrios antiguos que hoy todos conocemos, se concentraban los habitantes indígenas.
Debido a esto, y con el objetivo de unificar a la ciudad, el Puente de Ovando se construyó como la primera vía de unión entre ambas poblaciones. Su levantamiento fue aprobada en el año de 1769 gracias al aporte económico del regidor Agustín de Ovando Villavicencio, de ahí el nombre del puente, quien aportó 800 pesos además de los 2 mil pesos del gremio de panaderos.
Hay quienes dicen que en realidad, el Puente de Ovando fue ideado por el regidor con el único motivo de ser usado exclusivamente por su familia para unir su casa, en el Barrio de Analco, con el resto de la ciudad. Sea cual sea la historia, el Puente de Ovando se convirtió rápidamente en un emblema de la naciente Angelópolis por otro gran motivo: su leyenda.
Una leyenda detrás
Cuenta la leyenda que la hija del regidor, llamada María del Rosario, se enamoró perdidamente de un joven mestizo de clase medía. Sin embargo, por los estatutos de aquella época, aquel romance era estrictamente prohibido.
Ante esto, la jovén decidió que la única forma de estar junto a su enamorado era perder su virginidad con él y de esta manera su padre no podría negar su unión para no deshonrar a su familia. Aprovechando la salida de negocios del regidor, ambos jóvenes consumaron su amor, sin embargo, el hermano de la chica observó la situación y decidió disparar contra el jovén. Lamentablemente, María del Rosario se interpuso y recibió el impacto. Esto no sirvió de nada porque unos instantes después el jovén también fue deañado.
De forma misteriosa, el pequeño hermano apareció muerto ocasionando la enorme tristeza del regidor. Tras estos hechos, Ovando cayó en el alcoholismo y un día decidió cruzar el puente de noche. Cuando se encontraba en este sitio, vio caminar a lo lejos a una joven quien le pidió limosna. Al acercarse a ella, pudo notar que se trataba de su hija. Ante esto, Ovando se horrorizó y cayó al río sin poder nadar o salvarse.
Hoy en día, aún se cuenta que, durante la noche, se puede ver a una joven caminando por la zona pidiendo limosna a quien pasa.
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Foto de portada: wikipedia.com