En el corazón de Puebla no solo existen hermosas iglesias, edificios de detalles coloniales y espacios repletos de pasado. Aquí también sobrevive un sitio compuesto de arte, melodías que se escuchan a través del viento y un ambiente repleto de interminable belleza: el Barrio del Artista. Se trata de la galería de arte al aire libre más grande de la ciudad donde el único requisito para entrar es un espíritu de entrega.
Caminos de belleza
A unas calles del zócalo de Puebla, y muy cerca de emblemático mercadillo de El Parían, el Barrio del Artista ha creado una especie de imperio donde el arte es el único gobernante. Con la ayuda de los icónicos 43 talleres, localizados a lo largo de la calle, y la diversidad de cuadros apoyados sobre un gran número de caballetes, este espacio se ha ganado el favoritismo de los que buscan sitios singulares y alejados de lo cotidiano.
Pero un lugar de este tipo no surge de la nada y sin una gran historia detrás, la cual le da un encanto extra. En 1941, el maestro José Márquez Figueroa, encargado de la clase de paisaje al aire libre de la Antigua Academia de Bellas Artes, se encontraba impartiendo su asignatura en este mismo espacio. Al estar ahí, surgió la idea de convertir ese lugar en un enorme estudio para los artistas poblanos.
Con esta iniciativa, Figueroa acudió con el entonces gobernador Gonzalo Bautista Castillo para buscar la cesión de los pequeños talleres. Los espacios fueron otorgados entonces a la naciente Unión de Artes Plásticas de Puebla. Sin embargo, el crecimiento de la comunidad artística ocasionó que en 1955, se diera el total de la entonces Plazuela del Torno al grupo. Este fenómeno siguió creciendo con la construcción de más sitios como la emblemática Sala José Luis Rodríguez Alconedo en 1962.
Donde el arte vive
Luego de diversas renovaciones a lo largo de los años, el Barrio del Artista ha conformado un hermoso cuerpo de talleres, salas y espectaculares esculturas de bronce como las de José Márquez Figueroa, Rafael Hernández y Bernardo San Cristóbal. De igual manera, se pueden apreciar figuras de los poetas poblanos José Recek Saade y María Sánchez Robredo.
Actualmente, no podemos relacionar a este gran espacio que con increíbles obras de arte expuestas a todo el público, artistas trabajando al aire libre y músicos tocando para todos los transeúntes. Todo dentro de un exquisito ambiente bohemio donde el día, la tarde y la noche se diluyen entre divertidas platicas y arte por doquier.
Durante la temporada de Día de Muertos, te podrás encontrar con una gran cantidad de hermosos altares. De igual manera, en Semana Santa, este lugar es epicentro de la tradicional Quema de Judas y el alzamiento del Altar de Dolores.
Dentro del Barrio del Artista te recomendamos visitar alguno de los diversos bares y cafés y disfrutar de la tarde mientras escuchas las canciones de los músicos del barrio. Tampoco te olvides de visitar la Sala José Luis Rodríguez Alconedo y su gran colección de arte. Pero si lo prefieres, puedes sentarte en alguna de las tantas bancas y contemplar el ambiente mientras tomas las mejores fotografías para tus redes sociales.
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Foto de portada: wikipedia.com