Aunque es poco conocida, la laguna de Aljojuca es una de las formaciones naturales más hermosas de todo Puebla. Se le considera un maar, es decir, un cráter volcánico ancho y bajo, generado por una erupción y que está lleno de agua.
De turquesa a esmeralda
Lo más llamativo de la Laguna de Aljojuca es el turquesa de sus aguas. De hecho, su nombre se debe a esta peculiar característica. Aljojuca proviene del náhuatl atl, que significa agua, y de xoxouhqui, que significa azul celeste. Durante el invierno, el cuerpo de agua sufre un fenómeno que los lugareños llaman “azuframiento”. La laguna cambia de color de un azul intenso a un verde esmeralda y todos los peces suben a la superficie.
Tiene un diámetro de casi un kilómetro por unos 400 metros de profundidad. En su lado norte se puede acampar todo el año en un pequeño bosque. Mientras que, en la parte sur, existen acantilados verticales con senderos de apenas unos metros entre la pared de roca y la laguna. Se puede descender hasta la laguna por varios senderos rodeados de árboles, arbustos y cactáceas. El paisaje que la naturaleza ofrece es muy atractivo e invita a realizar largas caminatas o a andar en bicicleta.
Las leyendas de la laguna de Aljojuca
La laguna de Aljojuca no solo llama la atención por su belleza, sino también por sus leyendas. Se cuenta que ninguna mujer ha muerto en sus aguas y que por las noches las brujas cruzan el agua rozando la superficie.
Una de las historias más conocidas es la de una niña pastora que llevaba a sus borregos a pastar cerca de la barranca. En una ocasión, uno de los borregos se le perdió por algunas horas y, cuando regresó, tenía el hocico mojado. Esto llamó la atención de la niña, ya que no había pozos ni cuerpos de agua cerca. Al día siguiente, el borrego volvió a desaparecer, pero cuando regresó otra vez tenía el hocico mojado. Ante esto, la pastorcita decidió ponerle un cascabel para seguirlo.
Al día siguiente, la pastorcita siguió al borrego cuando comenzó a alejarse. Se dio cuenta que éste bajó la barranca y comenzó a beber agua de un charco. A la niña le sorprendió la existencia del charco, pues no era época de lluvias, así que comenzó a escarbar y escarbar en el sitio del hallazgo. De pronto el agua comenzó a subir de nivel hasta inundar la barranca. La pastora se ahogó y posteriormente se transformó en sirena gracias al agua encantada.
Foto de portada: milenio.com
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