A más de 200 años de su construcción, la Casa de Alfeñique sigue siendo una espectacular obra de arte en toda la extensión de la palabra. Basta con observar su hermosa fachada y darnos cuenta que estamos ante una de las construcciones barrocas poblanas más espectaculares. Y como todo gran edificio del centro poblano, aquí se cierne una historia llena de amor y cariño. Conoce a continuación y descubre cómo se convirtió también en un increíble museo.
El inicio de la historia
Constituida como una de las leyendas más conocida de toda la ciudad de Puebla, la de la Casa de Alfeñique tiene su inicio en el siglo XVII y está protagonizado por dos enamorados: María Ignacia y don Ignacio Morales. Un día, mientras caminaba rumbo a su trabajo como maestro herrero, Don Ignacio vio por primera vez a su amada, enamorándose irremediablemente de ella.
Los halagos y la petición de matrimonio no se hicieron esperar por lo que la joven mujer decidió probar el amor del herrero con una tarea que parecía imposible: construir una casa de dulce. Si lo lograba, ella se casaría con él. Sin titubear un solo momento, don Ignacio puso manos a la obra y gracias a sus habilidades, logró el cometido.
Se dice que este hombre enamorado contaba con una gran herencia, por lo que la construcción de la casa no le fue complicada de financiar. Finalmente, y después de un arduo trabajo, la casa quedó lista y se convirtió rápidamente en un emblema de la ciudad por su particular fachada que simula al dulce de alfeñique español y por el que los pobladores comenzaron a llamarla así. De esta manera, María e Ignacio contrajeron nupcias y la conservación de este edificio es prueba de su gran amor.
El museo más dulce de Puebla
Actualmente, la Casa de Alfeñique sigue conservando ese gran misticismo y distinción. Su hermoso exterior, continúa mostrando esos dulces detalles que fueron realizados. Su presencia es el orgulloso estandarte de una zona en donde reina lo mejor del pasado poblano.
Sin embargo, fue hasta el 5 de mayo de 1926 cuando su importancia cultural y arquitectónica tomó otro rumbo: fue nombrado museo regional. Para ser exactos, se convirtió en el primer museo de la ciudad, por lo que su trascendencia histórica es un ejemplo artístico hasta la actualidad.
Hoy en día, la Casa de Alfeñique cuenta con una colección de mil 598 piezas que se distribuye en 19 salas. Aquí se pueden observar artículos como textiles, pinturas, objetos antiguos, carruajes, códices, entre muchos otros. De igual manera, ostenta una gran colección de muebles y utensilios en donde sobresale un carruaje, el cual fue utilizado por el gabinete presidencial de Porfirio Diaz.
Existe también un entrepiso en donde se exhiben temas de la vida cotidiana como la talavera, la china poblana, gastronomía, dulces típicos y otras representaciones artísticas del estado. Finalmente, se puede observar una habitación perfectamente decorada con mobiliario de estilo renacentista y chippandale de origen francés. La icónica Casa de Alfeñique es un ejemplo único entre tradicionalismo y modernidad. Un sitio hecho de recuerdos, símbolos de la identidad poblana y sobre todo, mucho amor.
Dirección 4 Oriente 416, Centro Histórico, Puebla, Puebla.
Página de Facebook: Museos Puebla
Foto de portada: mexicoxp.com
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