Quizá hayas escuchado hablar de ellos en alguna ocasión o quizá está sea la primera vez que lees su nombre, pero lo que sí es seguro es que estamos ante uno de los sitios de mayor importancia histórica de Puebla: los lavaderos de Almoloya. Pero, ¿por qué son tan importantes y por qué se volvieron más relevantes en la actualidad? estás a punto de descubrirlo.
Un homenaje a la historia poblana
Tal como dice su nombre, los lavaderos de Almoloya son construcciones de piedra que datan del siglo XVIII y tenían como función principal ser sitios de lavado de ropa y otras prendas para las familias poblanas. Su segundo nombre se debe a que esta zona se encontraba rodeada de mantos acuiferos, mejor conocidos como ameyales.
Al igual que los de Almoloya, existían otro par de lavaderos que se encontraban en las zonas de Baluarte y la colonia San Aparicio, sin embargo, estos no lograron sobrevivir al paso del tiempo, siendo solo los primeros los que actualmente se encuentran en la zona de San Francisco.
En estos sitios, las mujeres solían pasar horas arrodilladas lavando a mano toda la ropa de su familiar. Durante esta actividad, las asistentes solían platicar entre ellas, compartir alimentos y pasar un rato agradable mientras realizaban su labor. Las madres de familia solían llevar a sus hijas como parte de una tradición familiar.
Lavaderos históricos
Los lavaderos de Almoloya tenían una estructura de mampostería con alquería además de que en sus piletas se daba el servicio en lavaderos de laja de piedra. Con el paso del tiempo, los lavaderos fueron abandonados al grado de pasar bajo la supervisión del Hotel Azul Talavera.
Sin embargo, recientemente fueron reabiertos para el público en general como parte del programa de recuperación del patrimonio histórico que realiza el gobierno del estado. Si deseas visitarlos dirígete al callejón de la 10 Norte en el Barrio del Alto. Recuerda que la entrada es gratuita pero solo podrás admirar este sitio desde lejos debido a los cuidados que se les brinda.
Foto de portada: forbes.com
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