Tan curioso y misterioso como su mismo nombre, el Cuartel de Dragones es ese tipo de lugares que pocos conocen pero que guarda una historia tan rica como increíble. Pero que su fantástico e irreal nombre no te confunda, ya que este lugar está muy alejado de albergar relatos de ficción protagonizados por las terroríficas criaturas de su nombre. Conoce todo sobre este emblemático sitio poblano que se ha convertido en icono del pasado militar de la ciudad.
Más que un cuartel
Levantado en el año de 1781, el Cuartel de Dragones fue construido como parte de la constitución del Regimiento de Dragones, el cual formaba parte de las reformas borbónicas dentro del entramado militar y administrativo de la Nueva España. El lugar elegido para su localización fue la llamada Plaza de San José o Alameda de San José, la cual se encontraba al norte de la ciudad, a un costado del extinto río San Francisco.
Es de destacar que este sitio fue apenas el segundo, dentro de la Nueva España, en construirse con finalidades de defensa militar. Tras la Independencia de México, el Cuartel de Dragones continuó conservando sus funciones, en este caso, a la órden del naciente gobierno federal mexicano.
Tras el paso de los años, y la mala administración militar de la nueva república mexicana, el Cuartel de Dragones fue descuidado al grado de reformular sus funciones y convertirse en una cárcel militar. Aquí fue encarcelado Juan N. Rossainz, secretario particular de Morelos así como al hermano del primer presidente de México, Guadalupe Victoria, quienes tiempo después fueron fusilados.
Cuna de la insurrección poblana
Durante la invasión estadounidense, el Cuartel de Dragones fue escenario de la insurrección poblana, llevada a cabo por el general mexicano Joaquín Rea, en contra de Thomas Childs, quien comandaba al ejército nortemaericano. Durante el levantamiento en armas, las fuerzas mexicanas obligaron a los estadounidenses a un estado de sitio, el cual duró un mes hasta la llegada de refuerzos a cargo del general Joseph P. Lane quien barrió a las fuerzas mexicanas tras ser olvidadas por Antonio López de Santa Anna.
En 1853, el Cuartel de Dragones recibió al entonces presidente Benito Juárez como prisionero mientras era trasladado a San Juan de Ulúa en su destierro a Cuba. Tras el paso de los años, el lugar fue ampliado hasta el grado de ser convertido en escuela así como sitio para los camiones de basura.
Fue hasta 1955 que el Cuartel de Dragones fue destinado para ser demolido para dejar lugar al hospital regional del IMSS. A pesar de esto, se decidió conservar la portada del edificio con tres arcos del patio.
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Foto de portada: propiedad de @drhuitron